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Bartimeo El Ciego

  • Writer: Stephanie Amar
    Stephanie Amar
  • Mar 19, 2019
  • 4 min read

Marcos 10:46-52 “Entonces llegaron a Jericó. Y cuando salía de Jericó con sus discípulos y una gran multitud, un mendigo ciego llamado Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. Y cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ¡ten misericordia de mí! Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Y Jesús se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron al ciego, diciéndole: ¡Anímate! Levántate, que te llama. Y arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús. Y dirigiéndose a él, Jesús le dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el ciego le respondió: Raboní, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.”



Bartimeo, ciego, pobre, solo, sin manera de velar por sí mismo; “mendigaba” (solicitando ayuda con humillación) con la esperanza que alguien le ayudara. Al escuchar que venía Jesús, su única esperanza, “comenzó a gritar”. No le gritaba “¡Jesús maestro!” oh “¡Jesús gran profeta!”. El Gritaba, “¡Jesús Hijo de David!, ¡ten misericordia de mí!” Indicando que el sabia que este Hombre no era cualquier maestro oh profeta, este hombre es El Mesías esperado.


Bartimeo escuchaba que venía Jesús, no podía dejar que se pasara su única esperanza. No podía correr hacia la multitud para alcanzar a Jesús ni tampoco subir a un árbol como Zaqueo para verlo. Uso la única cosa que él podía usar, su voz. Gritaba y gritaba no importándole que la gente le decía que se callara. Y sucedió lo inesperado para la gente, “Jesús se detuvo y dijo: llamadle”.


¡Jesús escucho a Bartimeo! Bartimeo el pobre ciego, el despreciado y menos deseado entre la gente. “¡Anímate! Levántate que te llama.” Que hermoso es cuando uno recibe buenas noticias durante la aflicción. Mas hermoso es cuando esas buenas noticias de esperanza vienen de Dios. ¿puedes imaginar cómo se sintió Bartimeo?: “El Mesías que sana al ciego, al leproso y al cojo; que libra al endemoniado; que le da esperanza al que no tenía; me esta llamando.”


“Se levanto de un salto y fue a Jesús.” No espero, fue a Jesús pronto y Jesús con tierna voz lleno de compasión le dice “¿Qué deseas que haga por ti?” Jesús siendo el Hijo de Dios con humildad le pregunta “como te puedo servir”. Un ejemplo de lo que Cristo dice en Marcos 10:45 “Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. ¡que hermoso! Bartimeo le hace una simple petición “Que recobre la vista” (semejante a una simple oración) Y Jesús mirando su fe lo sana.




Usted y yo somos como Bartimeo. “¿Cómo?” Podrá preguntarme. “¿No estoy ciego ni tampoco estoy viviendo en la calle?” Bueno, usted y yo necesitamos tanto de Jesús como Bartimeo. Podemos aprender mucho de la actitud que Bartimeo tuvo hacia Jesús.


Teniendo en mente su necesidad y quien es Jesús, Bartimeo clamo a Él, en otras palabras, su fe la puso en Jesús. Con humildad clamo esperando una respuesta de Jesús. “¡Hijo de David!, ¡ten misericordia de mí!” Cuantas veces nosotros no nos queremos humillar delante de Dios. Nos pasamos el tiempo diciendo “Dios no me escucha”, “No se que hacer con este problema”, pero ni siquiera buscamos de Dios.

Cuando la gente le decía a Bartimeo que callase, Bartimeo gritaba “mucho más”. Es como si Bartimeo les decía: “Esta es mi única esperanza, y no voy a dejarla ir, no me importa lo que ustedes me digan oh hagan, yo necesito de Jesús.” Cuando la tribulación viene y no tenemos fuerza para orar, ¿seguimos orando? Oh ¿preferimos hacerles caso a las mentiras de Satanás? Oh ¿preferimos seguir nuestros pensamientos y nuestras emociones y dejamos de orar? No tenemos que hacer largas oraciones para que Dios nos escuche. Dios quiere un corazón humilde y sincero. “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” Mateo 5:3


Cuando Bartimeo fue sano las Escrituras dicen: “y seguía a Jesús por el camino”. Aunque Jesús le había dicho Vete tu fe te ha sanado”. Bartimeo pudo haber dicho, “¡ya puedo ver! ¡Puedo ir a ver el mundo!” Pudo haber tomado la misma actitud que los 9 leprosos que no regresaron para agradecerle a Jesús. Pero Bartimeo sabía que en Jesús se encontraba la satisfacción de su alma. No solo vio en Jesús un Sanador sino también el Señor de Señores. El quiso el mero tesoro que ofrecía Jesús, EL MISMO. Debemos preguntarnos: “¿Busco a Jesús por convencía?”


Jesús ve tu necesidad y te llama. Te llama a que confíes en El. Jesús te pregunta “¿Qué deseas que haga por ti? Romanos 8:32 Dice: “El que aun a su propio Hijo no perdono, antes lo entrego por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Él es Dios y sin embargo es humilde y vela por nosotros pecadores. Lo hermoso de esta historia no es solo de que Dios nos puede sanar, sino que ¡Jesús es el tesoro mas hermoso!

4 Comments


letrasyestrellas1
Mar 21, 2019

La parte que me encanta es cuando le dicen "Levántate, el Maestro te llama" <3

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Stephanie Amar
Stephanie Amar
Mar 21, 2019

😂😂😂😂

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jimvas85
Mar 21, 2019

Mírala !!!! Puro Carla sturgeon

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dizancaleb
Mar 20, 2019

Praise God

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